viernes, 24 de diciembre de 2010

La Vida en el Plano Astral

Durante la práctica, un día usted sentirá que se separó del cuerpo. Tendrá una alegría inmensa, mezclada con temor; alegría porque posee una luz nueva, el cuerpo astral; y temor, debido a que entra en un plano extraño y desconocido. Desde el comienzo mismo, la consciencia nueva es muy rudimentaria en el nuevo plano. Usted sólo percibirá que tiene un cuerpo liviano y aéreo, y una atmósfera astral giratoria, vibrante y limitada, iluminada por luces doradas, objetos y seres. Tal vez sienta que está flotando en el aire.
 

Jamás se caerá, pero la nueva experiencia de lo sutil genera, al principio, novedosos sentimientos y sensaciones. Usted ignora cómo abandona el cuerpo y permanece allí. Ignora cómo se separó completamente del cuerpo. Esa alegría nueva es inexpresable. Tendrá que sentirla y experimentarla usted mismo. Cuando vuelve a la consciencia del cuerpo, hay un anhelo intenso de recuperar la nueva consciencia y permanecer siempre en ese estado. Acaso, durante el Sadhana, y mediante reiterados intentos, usted pueda ir más allá de la consciencia del cuerpo una vez por mes, más o menos. Si se afana pacientemente, mediante prácticas yóguicas, usted será capaz de abandonar su cuerpo a voluntad y quedar así durante largo tiempo.
 

Tan sólo queriéndolo usted podrá viajar a cualquier sitio que guste con su cuerpo astral y materializarse allí extrayendo el material necesario del Ahamkara o depósito universal. El procedimiento es sencillísimo para los ocultistas y Yogis que conocen la razón fundamental de esto y la técnica minuciosa ce las diversas operaciones. Quienes puedan funcionar con el cuerpo astral podrán muy fácilmente leer el pensamiento, transferir los pensamientos, curar paranormalmente, curar a estancia, etc. Los rayos mentales concentrados podrán traspasar muros opacos y viajar kilómetros y kilómetros.

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